Es 18 de Septiembre

martes, noviembre 24, 2015

Es el 15 de septiembre del 2015. Ha salido un día soleado y yo me levanto nerviosa e ilusionada a partes iguales. Mis padres y hermana han venido a Hannover expresamente para la ocasión. Me preparo en la tranquilidad de nuestro nuevo piso, desayunando y tomando una ducha un poco más larga de lo habitual. Podría haber pasado antes, pero lo cierto es que estabas demasiado cómodo y no habías querido nacer antes de tiempo. 

40 semanas sintiendo cómo crecías y cómo cada vez el ansia por conocerte era mayor, aunque no necesitábamos verte la cara para saber que te queríamos con locura. Llegamos al hospital a las 12 del mediodía y empezamos con la inducción del parto. Las cosas no progresaban como nosotros hubieramos esperado, y es que esto de decirle a la naturaleza cómo debe actuar no es algo que se pueda hacer a la ligera. Empezaron los dolores de las contracciones pero tú todavía no estabas listo para nacer. 

El 15 de septiembre se fue tal cual vino y con un poco de decepción y esperanza me fui a dormir en esa habitación de hospital. El 16 y 17 de septiembre fueron un poco más duros...el cuerpo poco a poco va notando el desgaste y el agotamiento de varios días de contracciones, medicación y poco descanso. Sé que ante las situaciones difíciles nos hacemos fuertes, pero no hubiera podido aguantar si no hubiera tenido a mi lado a mi familia y a mi marido. Ellos hicieron que esos días de espera y de angustia fueran más llevaderos y les estaré eternamente agradecida siempre.

Es 18 de septiembre y hemos tomado una decisión. La inducción no funciona y una cesárea es necesaria. Así que me preparo para un parto que no era lo que yo tenía en mente. No pensaba que nos fuéramos a conocer así. Pero la vida no siempre es como uno espera y eso lo sabemos todos. Nerviosa pero ilusionada me llevaron a la sala de operaciones y me prepararan. Cuando estaba todo listo entró papá para estar conmigo en esos momentos tan emocionantes y para verte nacer. Son las 21:23h y escucho detrás de la cortina cómo toses y cómo lloras, y sólo puedo pensar que quiero tenerte entre mis brazos, verte la cara...pero una vez más tenemos que esperar. Los días anteriores han sido duros para tí también y necesitas un poco de ayuda para respirar. De modo que las primeras tres noches las pasas en observación. 

Aún así te recuperas muy rápido porque tú tienes las mismas ganas de estar con nosotros como nosotros de estar contigo. Y podemos irnos a casa... a descansar y a recuperarnos de estos días duros pero que ahora siento como una neblina.

Es 18 de septiembre y es el día que nos ha cambiado la vida por completo. Gracias por elegirnos para ser tus padres.


 

También te puede interesar

2 Comentarios

  1. Ay, te entiendo porque lo mío también fue el parto de la burra. Me libré de la cesárea pero estuve tres días... Me ha emocionado un montón tu post. La ñoñería maternal Jajajaj

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que fueron unos días durillos, pero vale mucho la pena! Muchas gracias por pasarte por aquí:)

    ResponderEliminar

Imágenes de Flickr

Subscribe