Si habéis estado en el Reino Unido sabréis que la hora del té es un ritual que se toman muy en serio y que con la excusa se montan unas meriendas deliciosas. Aparte de las mermeladas, una de las cosas que es más común encontrar es el famoso lemon curd que no es más que una crema de limón que está buenísima. Personalmente, a mi si algo sabe o huele a limón ya me has ganado, así que cuando probé esta delicia sabía que tenía que intentar a hacerla en casa. Además se trata de una receta facilísima y para la que no necesitais ingredientes raros ni invertir mucho tiempo.
Vais a necesitar:
-Lo primero que haremos será rallar la piel de dos de los limones con cuidado de no llegar a lo blanco del limón ya que eso da sabor amargo.
-Exprimimos los cuatro limones (o tres según lo grandes que sean, debeis tener unos 150 ml de zumo de limón) y los mezcláis con la ralladura.
-Añadimos el azúcar y los huevos.
-Ponemos todo al baño maría y vamos removiendo poco a poco para que se vaya espesando (más o menos 7 minutos) sin que llegue a hervir.
-Lo quitamos del fuego y ponemos un poco de plástico film tocando la superficie de la crema, y dejamos enfriar otros 5 minutos.
-Retiramos el plástico film y vamos introduciendo la mantequilla y removiendo para que se vaya derritiendo. Esto lo hará mucho más cremoso.
-Finalmente para eliminar los grumos, lo pasamos todo por un chino y lo guardamos en tarros de cristal mientras aún está caliente.
-Una vez frío se mete al frigorífico y aguanta algo más de una semana.
Está muy bueno con tostadas, con croissants y también se puede usar para rellenar tartaletas o para hacer tarta de merengue de limón. Es una alternativa a la mermelada tradicional que a nosotros nos encanta.
Bueno, espero que me escribais en los comentarios si conociais el lemon curd y si os animais a hacerlo.
Un saludo,
Pilar