Una de las cosas en las que todos los que hemos sido padres estamos de acuerdo es en que lo que más echamos de menos es dormir a pierna suelta durante una noche entera. El cansancio y el agotamiento al que nos enfrentamos los primeros meses de vida de los pequeños no es algo que desaparece de la noche a la mañana y una de nuestras primeras preocupaciones es "enseñarles a dormir". Seguramente hayais escuchado hablar del método Ferber para dormir a los bebés. El Dr. Richard Ferber es el antiguo director del Centro Pediátrico para los trastornos del sueño en el Hospital Infantil de Boston y en 1985 publicó un libro en el que proponía un método para dormir a los bebés. El método básicamente consiste en dejar que los bebés se duerman solitos, dejándoles despiertos en la cuna y solos aunque lloren durante periodos de tiempo cada vez más largos. Una vez entras a la habitación para consolarle no debes coger al bebé en brazos, sino calmarle con tu voz y dejarle ver que estás allí. Para luego volver a salir y esperar de nuevo. Este método lo popularizó el Dr. Estivill en España hace unos años. Así aprenden a calmarse solos y aprenden a dormir.

Pues bien, los bebés ya nacen sabiendo dormir (porque ya duermen en el útero materno) igual que nacen sabiendo respirar. Lo que queremos enseñarles es a que se duerman dentro de unos parámetros establecidos a unas horas concretas. El proceso del sueño es algo que va evolucionando según el niño va creciendo y aprendiendo más cosas, y como en todo, cada niño tiene un ritmo y un tiempo que hay que respetar. En mi humilde opinión no creo que este entrenaniemto para dormir sea necesario; es más creo que puede llegar a ser contraproducente en el desarrollo emocional. Si un bebé llora es porque quiere algo (hambre, sed, tiene miedo o se siente solo) y el hecho de no responder a su llamada no soluciona nada. No estoy diciendo que el método no funcione, que estoy convencida de que si funciona, sino lo que pongo en duda es a costa de qué. Dejar a tu hijo llorar hace que en su mente se generen emociones de desamparo y estrés que no ayudan ni al descanso ni al desarrollo emocional. No hace falta que diga que nosotros no hemos usado este método y Alexander duerme la noche del tirón desde que tenía unos 7 meses y rara vez ha dormido en nuestra cama. Así que los abrazos y el acompañarle a la hora de dormir si lo necesita también funcionan. (Con esto no quiero decir que los padres que hayan usado este método sean malos padres ni nada por el estilo, sé que todos queremos lo mejor para nuestros hijos).

Vivimos a una velocidad que a veces da vértigo y nos empeñamos en que los niños nos sigan el ritmo a nosotros, en que aprendan a andar, hablar, escribir, leer o comer como si fueran adultos. En que duerman cuando nosotros y no protesten, que entiendan que las rabietas no sirven para nada y que cada vez deben ser más independientes. Yo digo que frenemos, por favor. Si tu hijo llora de noche levántate y dale un abrazo. Que sepa que estás ahí y que si esta noche tiene que dormir con vosotros porque ha tenido una pesadilla no hay problema. La mítica frase: "no le lleves tanto en brazos que se acostumbran" no es para nada cierta. Los niños necesitan justo eso; brazos y besos (también para dormir). Llegará el momento cuando todo le parezca más interesante que estar en brazos de mamá o papá y echaremos de menos esos ratitos.

Así que hoy, abrazad a vuestros hijos fuerte, fuerte. Porque a veces esos abrazos no los necesitan sólo los niños sino también los padres. Para acordarnos de frenar y acomodarnos a su ritmos locos más a menudo.

Muchos saludos,

Pilar