Hace unas semanas dimos la noticia de que ampliamos la familia este otoño y no podemos estar más contentos. Desde el primer día que hablamos de tener hijos, nuestra idea era tener dos si era posible, así que era cuestión de tiempo que decidiéramos darle un hermanit@ a Alexander. Una de las razones por las que buscamos una casa nueva fué precisamente por este motivo, el piso en el que vivíamos se nos quedaba pequeño para tener un segundo hijo (lo pongo así en general pero no sabemos aún si es niño o niña). Además nuestro piso era de construcción antigua y eso significaba que era un tercero sin ascensor. Como os podéis imaginar no me veía yo subiendo escaleras con el tripón y alguna bolsa de la compra.

En este momento estoy de 16 semanas y ya me he metido de lleno en el segundo trimestre, así que os voy a contar cómo he vivido los tres primeros meses del segundo embarazo. He de decir que ha sido completamente diferente al primer trimestre del embarazo de Alexander. En este caso ha sido más parecido a lo que la mayoría de gente tiene en mente cuando piensan en los primeros síntomas del embarazo: las náuseas hicieron su aparición alrededor de la semana 6 y no remitieron hasta la semana 12. Además en mi caso, no se limitaban a la mañana, sino que estaban presente a lo largo del día (si este también es vuestro caso el jenjibre ayuda mucho). También he tenido cambios respecto a lo que me gusta comer y lo que no y a los olores. El café no lo puedo ver todavía y hay ciertos olores que me provocaban náuseas repentinas muy incómodas. Por suerte todo esto ya ha desaparecido (excepto lo del café) y me encuentro mucho mejor. Nada de esto me pasó cuando estaba embarazada de Alexander, al contrario, en esa ocasión tenía muchísima hambre. Pasaba de estar bien a tener un hambre voraz en cuestión de minutos y siempre tenía que llevar algunos snacks en el bolso. Estoy intentando mantener una alimentación variada y saludable, aunque algún que otro antojo si me consiento.



El cansancio también golpeó fuerte esta vez. Influye que tenemos un terremoto de dos años y medio que requiere atención y eso se nota. No había día que no me tuviera que tumbar en el sofá media hora depués de comer para poder seguir funcionando y llegaba la noche y estaba agotadísima. Ahora ya puedo pasar el día sin la siesta pero de noche lloro de emoción al meterme en la cama. Además os podéis imaginar si a esto le sumáis final de la reforma, mudanza y adaptarse a una nueva ciudad.

Aunque me dé pena reconocerlo, esta vez estoy mucho menos pendiente del embarazo y claro es que Alexander me mantiene muy ocupada durante el día. Ahora no me paro tanto a leer en las apps o en libros qué va pasando cada semana así que parece que estás más desconectada del segundo embarazo que del primero (o por lo menos es mi caso). De todas formas disfruto mucho cada vez que podemos verle en las ecografías y saber que todo se va desarrollando correctamente.

Contadme en los comentarios cómo llevastéis vuestro segundo embarazo y si fué distinto del primero.

Muchos saludos,

Pilar